
Se trata de Sebastián Mateos, que tiene una huerta en una población pedánea ubicada a las afueras de Ciudad Rodrigo, y que aún muestra su sorpresa por los ‘calabacines gigantes’ que ha logrado recolectar.
‘Cuando vi que salieron las ‘parreras’ de los calabacines, pues las seguí regando con el resto de las hortalizas que cultivo’, ha explicado el hortelano.
Lo que sí tiene claro es que son tan grandes porque los ha abonado con estiércol natural y ‘no con abonos de los que se compran’.
En total, ha recolectado un decena de calabacines de un metro y ‘algunos han llegado a pesar hasta 30 kilos’.
