Un día un señor va a la tienda de juguetes con su hijo, y el niño ve un molino de juguete y dice:
Papá, molino.
Y el papá mira el precio, y como lo ve muy caro le dice que no, que mejor mire otro juguete.
Al rato dice el niño otra vez:
Papá, molino.
Y el papá le dice que no, que está muy caro.
Al rato, otra vez el niño dice:
Papá, molino.
Y así ocurre varias veces, cuando al fin dice el niño:
¡Papá, ya me oliné!