Su nombre es James Byrme y es un Británico que hace unos meses sufrió un accidente que le dejó sin dedo pulgar, los médicos intentaron reconstruirlo pero fue una tarea imposible. Finalmente se tomó una decisión extraña: Implantarle el dedo gordo de su pié izquierdo, argmumentando que la perdida de un dedo del pie era menos problemática que la de un pulgar. James estuvo de acuerdo con la operación y ahora puede disfrutar de su dedo y hacer una vida casi normal.