La curiosidad mató al gato sÃ… pero a este niño la curiosidad le hizo ir mas allá y aunque su padre le dijo que los pechos de las maniquÃs no eran de verdad, el niño quiso comprobarlo por si mismo, y no le fue suficiente tocar, apalpar… no no, él quiso probar y mamar para ver si salÃa algo o no.