
Tanto ella como su esposo Will, quien mide 1.80 m., están seguros que sus hijos son un regalo de Dios, por lo que no les parece importar el peligro que supone el embarazo.
Stacey sufre de osteogénesis imperfecta, una mal que hace frágiles sus huesos y que le ha impedido desarrollar correctamente sus pulmones. Esto le ha impedido crecer y desarrollarse físicamente, obligándola a moverse en silla de ruedas.






