
La muchacha salió de allí bien contenta, pensando en su futuro. Mientras caminaba vió un puente en la autopista y se le ocurrió tirarse al vacío. Mientras más pronto acabara con su vida, más pronto comenzaría la próxima.
Cerró los ojos y se lanzó del puente, con tan mala suerte que cayó arriba de un camión de plátanos que pasaba por debajo y el golpe la desmayó.
Al rato despierta atontada, aún sin abrir los ojos y creyendo que estaba en la otra vida. Empezó a tocar y sólo palpó plátanos por todos lados; con una sonrisa en los labios exclamó:
Calma, calma, muchachos… ¡DE UNO EN UNO!