Una ronda de coches

Una cuadrilla de amigos pasan por delante de un concesionario de Mercedes. Empiezan a señalar coches de forma apreciativa:

– Aiba la ostia, mira aquél oyes…

– Ése ya me gusta, mira, lo voy a comprar para mi sobrino.

– Pues yo esos dos a mis hermanos…

Así que entran todos echando mano de sus carteras, cuando de pronto uno de ellos mira a todos haciéndoles un gesto y dice:

– Eh, quietos paraos, que esta ronda es mía.