Un profesor italiano pregunta a uno de sus alumnos:
– A ver, Mario, ¿quién es el primer hombre que se recuerda?
– Rómulo
– ¡No!, piensalo bien. ¿Quién fue el primer hombre?
– Rómulo, señor profesor insiste de nuevo el alumno.
– En ese caso, ¿quién fue Adán?, pregunta el profesor intentado llevar al chaval por el buen camino.
– ¡Vaya!, no había tenido en cuenta a los extranjeros…